Karl Marx decía que La libertad es la conciencia de la necesidad y desde aquí me gustaría partir para desarrollar la reflexión que nos convoca. La creación colectiva.
Tener la posibilidad de crear a partir de un colectivo que busca ante todo un lenguaje común entre su arte y el espectador lo cambia todo. Me gusta pensar en Bertolt Brecht y su definición creación colectiva es una “puesta en común del saber»
Nací en los años 70s de Uruguay, años difíciles y duros para muchas de las familias de aquella década. En aquellos años el teatro popular (el cual yo descubro a muy temprana edad por mis papás y que se fortalecerá a principios de los 80s) se caracterizaba por el abordaje de temas sensiblemente políticos.
El Galpón, el Teatro Circular de Montevideo (TCM), el Teatro Uno, la murga, Araca la Cana y Falta y Resto fueron la columna vertebral para este movimiento en mi niñez y adolescencia uruguaya. Verlos y escucharlos era mágico, había en estos colectivos una fuerza muy difícil de describir con palabras…la naturaleza de ello era la creación y un arte pensado desde el colectivo.
Recuerdo perfectamente sus textos llenos de signos y basados principalmente en la crítica social y del sistema político del que éramos participes, de ahí nace mi sentido de ciudadanía y pertenencia que hoy siguen intactos y que en años futuros tendrían su madurez en las letras dramatúrgicas del teatro latinoamericano y la manera de concebir el teatro en mi nueva tierra desde hace 26 años, México.
Los colectivos mencionados en esta reflexión a modo de memoria de vida, hablaban y tenía una sola bandera; teatro para el pueblo y por el pueblo, teatro popular y no populista, teatro del que muchas veces sólo es entendido por el pueblo y eso es maravilloso.
Desde los grupos teatrales independientes antes mencionados (formales) hasta las murgas uruguayas, creaban a partir del colectivo, de manera colaborativa y cooperativa.
Estos movimientos teatrales y colectivos que forjaron mi mirada y mi sentir artístico; estos colectivos y agrupaciones artísticas entendían muy bien que es la política, la ideología, los valores y los principios que rigen al SER PERSONA, sus sueños e ideales.
En este sentido, las agrupaciones mencionadas dieron paso, no solo a la creación de lo artístico de manera colectiva, si no que, el trabajo comunitario y cooperativo se fortaleció, brindando así, un sentido de identidad, solidaridad y pertenencia entre sus miembros.
Raquel Seoane, creadora de la Institución Teatral Contigo América, en la Ciudad de México, me dijo en el año 2012, en una de las visitas a la sala teatral en la Col. Narvarte: Nunca olvides tus raíces (no sólo las familiares o étnicas), no pierdas nunca lo que te une a nuestra América Latina, esto siempre te reafirma quién eres y hacia dónde vas con el teatro que quieres hacer y lo que quieres decir creativamente.
Si bien pareciera que lo dicho por Raquel estuviera fuera de contexto para la reflexión que nos convoca, la mera verdad es que no es así. Lo expresado por Raquel me permitió recientemente, abordar a través de la creación colectiva y colaborativa la dramaturgia de Antonieta Rivas Mercado creada a partir de los textos biográficos de Antonieta Rivas Mercado recopilados por la investigadora Tayde Acosta Gamas, el trabajo autobiográfico y ficcional de Alexandra Benavides, el texto dramático “Antonieta o el suicidio” de Salvador Lemis y el trabajo de imagen gráfica creado por La Universidad Marista de nuestra ciudad de Mérida, a través de los alumnos del cuarto semestre en Diseño Gráfico para Borba Teatro, mi compañía teatral.
Los que integramos Borba Teatro y un servidor, estamos convencidos que lo eterno en el arte del teatro será: respeto al público y todo en este colectivo artístico, llamado Borba Teatro es y será siempre una experiencia “en tránsito”. Es por esta razón que apuesto a una esencia casi mixtica. Creo mis puestas en escena, dejando siempre una puerta abierta al público, el cual, a modo de construir, conjuntamente con nosotros lo expuesto ante su mirada, puede sugerir o intervenir lo presentado para dar paso (a nosotros como agrupación y colectivo) a una nueva función o nuevas expresiones sígnicas y simbólicas en la siguiente función.
Después de compartir estas líneas y reflexionar sobre el tema que nos convoca, el teatro necesita recuperar su esencia colectiva, los paradigmas y las luchas se caminan en colectivo sin menoscabar al otro, ni rechazar a quienes provienen de otras tierras donde se persigue el mismo sueño, pero, con otras palabras. El teatro de hoy en día requiere de esa unión tan grata, tan humana y perseverante que vivían los colectivos de mi niñez. Hay que partir de un teatro urgente para un mundo herido. Un tetro de creación colectiva y colaborativo con Mayúsculas, para una sociedad en riesgo de terminar por no escucharse a sí misma, confundida entre el eco de gritos, voces y contaminaciones. Y de esta manera, experimentar una realidad fuera de la cotidianeidad para, quizás, sembrar esperanza.
Domínguez, C. M. (30 de diciembre de 2020). Dura, fuerte y alocada: la historia del Teatro El Galpón. Obtenido de https://socioespectacular.com.uy/dura-fuerte-y-alocada/: socioespectacular.com.uy
Gago, S. (domingo de 08 de 2020). https://www.elpais.com.uy/domingo/teatro-circular-historia-resistencia.html. Obtenido de www.elpais.com.uy
Scaraffuni, L. (agosto de 2016). https://journals.openedition.org/artelogie/422. Obtenido de https://journals.openedition.org/
Turismo, M. d. (s.f.). Uruguay Natural. Obtenido de www.mintur.gub.uy: https://turismo.gub.uy/index.php/uruguay-es/item/448-murgaAmérica, C. (02 de febrero de 2021). http://notas.mexicolegendario.org/2021/02/40-aniversario-contigo-america.html. Obtenido de http://notas.mexicolegendario.org
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